Antes de cualquier tratamiento para paliar las manchas, suelo realizar un estudio diagnóstico con el analizador facial. Este toma varias fotografías y las analiza con diferentes luces para evaluar las diferentes manchas, imperfecciones y arrugas. Según los resultados obtenidos se propone un protocolo específico, porque según el tipo de mancha encontrada, el procedimiento será diferente. Sorprende observar que en la mayoría de las ocasiones las manchas visibles son solo una pequeña parte del daño cutáneo existente, y que si este no se trata, a la larga también será visible.
Antes de nada, hay que descartar que no se trate de una lesión maligna o premaligna, en cuyo caso el tratamiento quirúrgico es casi siempre la mejor opción.
El listado de tratamientos disponibles es: láser, peelings, mesoterapia anti manchas, terapia lumínica, y por supuesto completarlo con la cura domiciliaria individualizada, porque sin ella, cualquier cosa que hagamos en la consulta no va a tener ni el resultado ni la duración esperada.
El láser puede aplicarse a lesiones únicas o bien hacer tratamiento de toda una zona para dejar la piel más uniforme. Tras la sesión pueden aparecer pequeñas costras que no deben rascarse. Es aconsejable realizar un procedimiento previo domiciliario para preparar la piel. Y tras el tratamiento en consulta, hidratar con cremas regeneradoras y usar protección solar.
Hay muchos tipos de peelings, y según el principio activo podemos tratar no solo las manchas, sino también las arrugas finas, las imperfecciones, la flacidez leve, la piel seca y apagada y el acné. En el caso de los peelings despigmentantes y según la profundidad de acción, puede o no ocasionar que las capas superficiales de la dermis se pelen. Aconsejo en cada caso qué es lo mejor. Según el tratamiento podemos añadir terapia fotolumínica para potenciar el efecto.
La mesoterapia anti manchas tiene unos principios activos que estimulan la regulación del metabolismo no sólo a través de la melanina, sino también de la oxidación cutánea.