El procedimiento consiste en infiltrar el material de relleno en aquellas zonas a tratar a través de micropunciones estratégicamente escogidas, para así minimizar la visibilidad del punto de entrada.
Podemos tratar casi cualquier zona del cuerpo como los glúteos, los hoyitos que produce la celulitis, cicatrices hundidas, o las diversas atrofias que hayan aparecido a causa de un traumatismo.
Según el volumen que se necesite reponer o el material usado, el tratamiento deberá hacerse bajo anestesia local o general.
El resultado es inmediato, aunque hay que esperar unas semanas para ver todos sus efectos a largo plazo.
Si usamos ácido hialurónico en un tratamiento corporal, este será de molécula mayor. Mientras que en tratamientos faciales se utilizará un reticulado de alta densidad que dura de 18 a 24 meses.
Si usamos tejido adiposo propio, la duración a partir del volumen que permanezca a los 6 meses ya será definitiva. Se extrae grasa de otra zona del cuerpo donde exista un exceso, y tras ser filtrada y lavada, se infiltrará en las zonas que necesitemos.